SILENCIO Y SOLEDAD
Hoy al abrir la puerta
Me recibió la casa
Toda llena de silencio.
Tanto que no pude soportar
Y aun sin volverla a cerrar
Me empecé a preguntar
¿Es esta la misma puerta
Que parecía estallar
Cuando, repleta de niños
(cuatro, por ciento nomás)
Se abalanzaban con besos,
Llantos o quejas
Con solo oírme llegar?
¿Por la que quería escapar
Cuando al regresar
(exhausta de trabajar)
Me esperaban carpetas, libros
Y la tarea escolar?
La que abrirse quería escuchar
Cuando por las noches,
Esperaba oírlos llegar?
Hasta que de pronto…
Por esta misma puerta
Uno a uno fueron saliendo
Para el nido abandonar…
Puerta amiga, puerta querida
No te cierres, hasta no salir de aquí
Todo este silencio, toda esta soledad
LA BODA DE ELISA
-¿Queres casarte conmigo?-escuche preguntar a José-No contesto ella, quizás para romper el hielo, por la seriedad que la emoción le imponía a su rostro.
Pero aun antes que el pudiera entender lo que dijo, ya lo estaba abrazando muerta de risa y termino por susurrarle un “si mi amor”, lleno de ternura .Así era ella, ocurrente y alegre.
El le quito el mechón de la cara y la beso mechón al que ella llamaba “mi rulo africano” pues debido a un accidente que había tenido en África tuvieron que raparle mas arriba de la frente.
Vi a la modista probarle el vestido, sencillo, aunque ceñido a la cintura lo que acentuaba aun mas su buena y esbelta figura. Solo faltaban algunos detalles para quedar listo y eso que las tarjetas de invitación aun estaban confeccionándose.
Escuche a Elisa hablar por teléfono con su tía Sara, esta no vendría para la boda, pues la muerte de su hijo, la había dejado con la salud muy precaria.
Vi a José recibir la cristalería que usarían en la fiesta. Escuche a Elisa pedir por teléfono los gladiolos blancos para la iglesia.
Los vi salir a los dos para retirar los análisis del sanatorio y cumplimentar los trámites. Ese día regresaron muy tarde, el medico les había pedido que esperaran hasta el final de la consulta. Cuando los hizo pasar luego de algunas preguntas les pidió nuevos análisis, cuya tecnología requería que fueran a la capital. Allá fueron los dos, algo asustados y muy ocupados, aunque el medico les aseguro que trataba de rutina.
Regresaron a los tres días. Con mas cosas para la boda que habían comprado al pasar. Faltaba poquito ya .Los preparativos siguieron entre besos y risas, eran jóvenes y se amaban.
Escuche sonar el teléfono y a Elisa decir -: Si doctor, ya vamos para allá-No los vi regresar, ni ese día ni al otro. Vi entrar y salir gente desconocida, los escuche hablar en voz baja.
Vi llegar los gladiolos , los vi marchitarse lentamente hasta que alguien dijo -:Elisa es portadora de H.I.V.. José no esta contagiado. Había contraído la enfermedad en África durante el accidente.
Soy el cofrecito sorpresa que José le regalo el día que le pidió matrimonio. Guardo en mí los anillos, aunque ya nadie habla de la
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