La ciudad de Mercedes sigue conmovida, por el alevoso asesinato del que resulto victima una conocida educadora local, cuyo ensangrentado cadáver, apareció en su domicilio, anexo al Establecimiento (hoy Jardín de Infantes), donde se desempeñaba como directora interina.-
La victima de este brutal crimen, era la señorita Maria Inés Perini Costa, argentina, 48 años, soltera, nacida en Paraná y residía hace 20 años en Mercedes.-
La educadora había nacido el 7 de Julio de 1917, y era hija de Pastor Alberto Perini (fallecido), y de la Dra: Maria Ramona Costa de Perini, española, que reside en la Capital entrerriana con otros hijos.
La occisa había cursado estudios en el Instituto del Profesorado de Paraná, donde el 12 de enero de 1941, según constaba en su legajo personal, se graduó de profesora de Matemáticas.-
Cuatro años después se traslado a Mercedes, donde obtuvo por concurso la cátedra de Matemáticas, en la Escuela Normal Mixta y Bachillerato Anexo “Manuel F. Mantilla”. La profesora ocupo como vivienda el anexo, Juan Pujol 1316 (hoy Jardín de Infantes). La señorita Perini Costa, permaneció desde entonces en Mercedes, y todos los años durante las vacaciones, viajaba a su ciudad natal, para visitar a sus padres. En ocasiones, era su madre la que se trasladaba a Mercedes, para pasar junto a ella una temporada.
En el año 1959 ocupo la vicedireccion del Establecimiento. Tres años después, quedo vacante la Dirección, y la señorita Perini Costa, paso a desempeñar ese cargo en forma interina.-
A fines de 1963, sin embargo, remitió a la Junta de Calificaciones del Ministerio de Educación, una solicitud para ser trasladada a la Escuela Normal de Corrientes.-
Se ignora las causas, por las cuales formulo esa petición. Por Resolución del 6 de febrero de 1964, la Junta mencionada hizo lugar al pedido y la señorita Perini recibió la comunicación en tal sentido, No obstante ello, no hizo uso de la autorización del traslado. Se ignora porque razón y tampoco se supo, si la utilizaría mas tarde.-
En la misma cuadra del edificio, que ocupa una manzana, se encontraba la casa del Mayordomo del Establecimiento, Manuel Rogelio Schaffer. Todas las mañanas, a hora temprana, llegaba a la vivienda una mucama, para efectuar la limpieza. La mujer no tenía llave de la puerta, de manera que golpeaba la puerta y esperaba que la señorita Perini le abriera. Habían convenido, que en el caso de que aquella no concurriera a abrirle, era señal que para ese día no necesitaba de sus servicios, de modo que la mucama podía retirarse.
En la tarde del 25 de junio de 1965, había concurrido al domicilio del señor Eduardo Barnada, donde con motivo del cumpleaños de este, se realizo una fiesta a la que llevo un regalo.
Posteriormente a las 20, se retiro para participar de una reunión que se llevo a cabo en la Municipalidad, a la que había sido especialmente invitada con otros profesores. La reunión se prolongo hasta pasada las 23, hora en que la señorita Perini, regreso a su domicilio. Esta fue la última vez que se la vio con vida.-
El sábado y domingo algunos la llamaron por teléfono, como lo hacían a menudo, pero nadie respondió al llamado. Aquellos pensaron que la señorita Perini se hallaba, en casa de otras personas de su amistad, de manera que no se preocuparon.-
El lunes 28, la Secretaria se sorprendió por la tardanza de la Directora, esta solía concurrir muy temprano a su Despacho, pero paso el tiempo y no se hacia presente. Algo extrañada, la Secretaria comunico la novedad al subdirector del establecimiento. Prof, Alberto Romero. Este inquirió entre las amistades de la Directora, quienes nada supieron informar. Se pensó que podría haberse ausentado de la ciudad en un apresurado viaje. Pero pronto se descarto esa posibilidad, ya que en tal caso la Srta. Perini, hubiera mandado avisar, de la misma manera que lo hacia cuando por alguna enfermedad, no podía concurrir a la Escuela. Cabe señalar por otra parte, que en la mañana del sábado, del domingo y de ese lunes, la mucama, había concurrido como de costumbre a la vivienda, pero al no obtener repuesta a su llamado, se retiraba.-
En la certeza de que algo anormal, había ocurrido, las autoridades de la Escuela y varios ordenanzas, se trasladaron a la vivienda de la Directora.
Llamaron y no respondieron. La puerta estaba cerrada con llave. Pero observaron que las luces del piso superior, estaba prendidas.
El mayordomo Schaffer y el ordenanza Pauli, con la autorización del subdirector Romero, se encaramaron entonces hasta una de las ventanas, rompieron sus vidrios, y se introdujeron en la casa por la planta alta. Dicha ventana se abre en
un pasillo que, a su vez conduce al dormitorio.
Todo estaba en su lugar. Bajaron la escalera y allí, al pie de la misma, apareció el cuerpo de la señorita Perini, boca abajo en posición, decúbito ventral.-
Un gran charco de sangre ya seca, manchaba el piso en torno a su cabeza. Las paredes, la estufa y algunos muebles del vestíbulo presentaban también manchas de sangre. Posteriormente se comprobó que el asesino había limpiado los lugares donde pudieron quedar huellas. El cráneo de la victima había sido prácticamente machacado a golpes, con algún objeto contundente que no fue hallado. Con posterioridad también se comprobó que faltaba una estatua del Quijote de bronce, que pudo ser el arma homicida.-
Vestía las mismas ropas, que llevaba en la noche del viernes, en las reuniones donde había concurrido. Mantenía apretada contra su pecho la cartera y aferraba con la mano derecha sus anteojos.-
Todo estaba en orden en la casa. No se advertían indicios de que los muebles hubieran sido revisados, ni tampoco señales de lucha. Era evidente también, que no había sido revisada, ni tampoco la cartera, que por lo demás, había quedado debajo del cuerpo conteniendo algunas joyas y una regular suma de dinero.-
Examinado el cuerpo de la victima, por el medico forense Julio Mauvecin, le lavo la cara, para mejor observar las heridas, pero con ese proceder que hizo en compañía del después acusado Tressens, también tuvo graves responsabilidades, ya que de esa manera borro las huellas, que hubieran podido servir en la posterior investigación. Tuvo que concurrir al Tribunal de Paraná. Practicada la autopsia se determino, que la muerte databa de las últimas horas de la noche del viernes.
El hecho de que apareció con las mismas ropas con que se la vio por ultima vez, hizo, conjeturar, que habría sido ultimada, poco después de su regreso a su domicilio. Llamo la atención por la profundidad de las heridas y las fracturas que la mujer presentaba en el cráneo, el feroz ensañamiento con que obro el criminal.
La policía investigo a fondo e interrogo a todas las amistades de la victima.
Algunas de ellas sabían que la señorita Perini, mantenía hacia tiempo relaciones íntimas con Jorge W. Tressens, corredor de comercio, nacido el 23 de marzo de 1915 tres años mayor que la señorita Perini. Según algunos testimonios Tressens solía visitarle 2 veces por semana, por las noches. Las sospechas recayeron sobre el de inmediato, teniendo en cuenta un detalle: la puerta de la vivienda estaba cerrada con llave, como se ha dicho. La llave se encontró en la cartera de la victima donde se presume que el asesino, empleo un duplicado de la misma para cerrar la puerta al abandonar la casa. Solo una persona de la íntima confianza de la victima, podía tener ese duplicado. El amante de la señorita Perini, Tressens que vive cerca de la Escuela, fue detenido en la Comisaría Departamental con actuación del Juez de Curuzu Cuatia. Luego por razones de jurisdicción actuó el Juez Federal de Paso de los Libres, llevándolo preso a Tressens a las dependencias de la Aduana. Aproximadamente 100 personas, tuvieron que viajar a Paso de los Libres, a prestar declaración. Tressens estuvo preso durante 2 años y medio, y fue dejado libre por falta de merito y con causa abierta.-
La trágica muerte de la Directora, provoco honda consternación en la población mercedeñas. Sus despojos mortales fueron velados el domingo en el salón de actos de la escuela Normal, donde había prestado servicio por 15 años. Ese mismo día, por la tarde, sus despojos fueron conducidos al aeródromo local, seguidos por un cortejo de alumnos de la Escuela. Desde el Aero club, un avión de la Fuerza Aérea, llevo los restos hasta Paraná, ciudad natal de la educadora, en cuyo cementerio recibieron sepultura.-
De la revista “ASI”- N° 495 DEL 13-7-1965
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