2006-09-25 La Prensa De Los EEUU Refleja Las Irrupciones De D'Elía
El prestigioso Washington Post dedicó parte de su portada a relatar la polémica del funcionario piquetero que ocupó tierras que pertenecen al empresario Douglas Tompkins en Corrientes
Los medios norteamericanos se hacen eco del polémico accionar de D' Elía que en los últimos tiempos protagonizó escandalosas usurpaciones en propiedades privadas del interior del país.
El caso emblemático fue el del empresario Douglas Tompkins que vio como el funcionario piquetero ocupaba las tierras que posee en los Esteros del Iberá en Corrientes.
El prestigioso diario The Washington Post dedicó parte de su portada a relatar la forma en que D'Elía ingresó en los terrenos de Tompkins. Cómo violentó los alambrados y candados para luego reclamar la expropiación de las tierras.
También la nota aclara que luego del incidente, el piquetero se reunió con los embajadores de Venezuela y Bolivia que "recientemente instrumentaron una redistribución de tierras de los propietarios ricos a los pobres".
El artículo
La sábana donde en algunos de sus pantanos se paran para tomar agua los ciervos y otras tierras más húmedas donde las garzas se paran con sus largas patas.
Por encima de todo eso, un avión sobrevuela la zona y al mando está Douglas
Tompkins, un norteamericano dueño de todo lo que hay debajo, por lo que pagó millones con lo que ganó como fundador de las líneas textiles North Face y Esprit.
"Es un trozo de tierra maravilloso", dijo Tompkins al aterrizar. "Extremadamente rica y con gran diversidad biológica".
Ahora muchos funcionarios argentinos y activistas sociales quieren confiscarle la propiedad que Tompkins dice haber comprado para crear una reserva ecológica.
Ellos creen que él y otra familia de acaudalados extranjeros que compraron enormes tierras de Argentina y Chile quieren quitarle control al país con la excusa de la preservación ambiental.
"Creemos que es un nuevo modo de dominar Sudamérica", dice Araceli Mendez,
una diputada que representa la región y que auspicia legislación para expropiar las tierras de Tompkins. Es peligroso para la defensa de nuestra seguridad nacional tenerconcentración de tanta tierra en manos de extranjeros".
Desde los noventa, la relativamente barata y expansiva tierra de Argentina atrajo a miles de millonarios en busca de terrenos no explotados, incluidos
nombres como Ted Turner y Sylvester Stallone.
Pero el mes pasado, el subsecretarios de Tierras y Habitat Social declaró la guerra a ese tipo de emprendimientos con un acto más que simbólico: machó hacia la tierra de Tompkins, cortó una cerca y llamó a la expropiación de la propiedad".
Días después, con embajadores de Venezuela y de Bolivia (dos países que
recientemente implementaron medidas para redistribuir tierras de los más
ricos a los más pobres - hicieron claras sus intenciones. "Queremos decirle
a todos: vamos a seguir cortando cercas. ¿Qué es más importante, la
propiedad privada de unos pocos o la del pueblo soberano?"
D'Elia, un ex manifestante que hace poco se unió al gobierno del presidente
Nestor Kirchner, este mes identificó otro blanco para sus planes: el
italiano Luciano Benetton, magnate textil que tiene en Argentina más tierra
que cualquier dueño único privado y además se rige por estrictas normas
ambientales.
No solo ataca el nacionalismo sudamericano a los inversores extranjeros sino
que también trazan una gruesa línea entre dos grupos de activistas,
ambientalistas y activistas, que aparecen juntos bajo la misma etiqueta de
"progresistas".
Cuando Mendez presentó el proyecto al Congreso fue apoyada
por representantes de Derechos Humanos, incluidas las Madres de Plaza de
Mayo y otros grupos que lucharon contra las dictaduras argentinas.
La Iglesia Católica se unió a la voz este mes, con un documento de 128 páginas
que advierte contra la "extranjerización" del territorio argentino. Grupos
ambientalistas como la Fundación Vida Silvestre Argentina, en general
apoyaron a Tompkins.
Los movimientos de justicia social fueron extremadamente pobres en la
comprensión de los efectos ecológicos de sus acciones -no son grandes
movimientos", dice Tompkins, de 67 años.
Desde 1990, Tompkins y su esposa, Kristine McDivitt, ex jefa de la firma de ropa Patagonia, compraron tierras en Chile y Argentina. Su estrategia para identificar las propiedades era que estuvieran en peligro de daño ecológico, para crear parques protegidos.
Tompkins dijo que espera poder también convertir en parque las tierras que
D'Elía reclama, por eso le parece una ironía sinsentido lo del dirigente.
"Le están disparando al único tipo, prácticamente, que compra tierras para
nacionalizarlas", dijo más enérgico Tompkins.
Los argentinos, según Tompkins, no entienden que su estilo es la
filantropía. D'Elia dijo publicamente que Tompkins es un agente del gobierno
norteamericano, por la cercanía de las tierras con acuifero guaraní-
Tompkins hace poco financió una demanda a una forestadora local, que haría
daño a las tierras.
"Simplemente acá viene alguien y dice 'qué tal las reglas'", afirmó en referencia a que le costó hallar un modo de gerenciar tierras con conciencia ambiental. "Ese tipo de gente galvanizada actúa contra mí".
La posición de Kirchner sigue siendo poco clara. Aunque Mendez es la representante local del partido de Kirchner y D'Elía es un aliado de hace
tiempo, Kirchner y otros funcionarios de alto nivel trataron de distanciarse
de la controversia.
Lo llaman una disputa local que requiere una solucionlocal. Kirchner publicamente no apoyó la accion de D'Elía, pero tampoco lo
condenó.
La semana pasada, Kirchner estuvo en Nueva York, donde le dio
impulso a la inversion extranjera, y el miércoles sonó la campana en la
bolsa de Nueva York.
Tompkins, mientras, continúa trabajando en su propiedad, supervisando proyectos como la plantación de eucaliptus. "El gobierno argentino debería mirar atentamente no qué pasaporte trae una persona, sino cómo se comporta económicamente y ecológicamente".