Los escándalos protagonizados por las estrellas de cine, sorprenden a muy pocos. Sin embargo, hubo una época en la que algún comportamiento reñido con la moral de turno, producía verdaderas alteraciones sociales. Tal es el caso del actor Wallace Reid. Este muchacho había nacido en 1890, y luego de algunos papeles intrascendentes, saltó a la fama, de manera repentina, gracias a un papel en la película "El Nacimiento de una Nación", obra pionera del cine moderno, dirigida por David Griffit, en 1915. Wallace Reid reunía todas las condiciones físicas y la simpatía suficiente como para ser presentado como el ideal norteamericano. Además de su popular imagen cinematográfica, ampliada con su participación en numerosas comedias, Reid era un deportista consumado. Sus participaciones en pruebas automovilísticas o en competencias de caza y pesca, eran frecuentes. Sin embargo, esta vida armoniosa y exitosa se derrumbaría en un instante. Cierta vez, en un descanso durante una filmación, Wallace Reid, para calmar su cansancio, aceptó consumir un poco de morfina antes de reiniciar el rodaje. Este paso lo llevaría al infierno de la adicción. Jamás pudo salir del laberinto de la droga y su reputación le arruinó la carrera. A los 30 años se internó en una clínica para superar la crisis, pero la muerte le ganó la pulseada, convirtiendo su nombre en una frágil leyenda hollywoodense. |