Es un fenómeno de religiosidad popular que nació de
un hecho desgraciado, según la tradición oral, habla
de la injusticia cometida con Antonio Mamerto Gil
Nuñez, gaucho inocente muy querido y respetado en el
paraje, por una partida policial que lo ejecutó en el
lugar que ahora es un culto porque se le atribuyen
miles de milagros.
El lugar donde se rinde homenaje,
es precisamente donde encontró la muerte el gaucho en
manos de la policía, esta a 8 km. de Mercedes sobre
ruta Nº 123. El 8 de enero, aniversario de su muerte,
congrega a miles de peregrinos que llegan de
distintas partes del país.
Los fines de semana de todo el año, el viajero puede encontrarse con un baile a lo correntino. Se lo llama de distintas maneras: Gauchito Gil, Antonio Gil, la Cruz de Antonio Mamerto Gil o simplemente Cruz Gil, este sobrenombre se debe a que antiguamente se usaba plantar este símbolo religioso en el lugar donde alguien moría.
Posiblemente, con el antecedente de su muerte injusta, la fe popular le atribuye mayor cercanía a Dios y por lo tanto le ruega como intercesor ante él, por su parte la Iglesia, respetando la fe de la gente, lo considera un difunto cristiano y por eso se celebran Misas, para rogar por su eterno descanso.
Entre las promesas, no faltan las relacionadas con la música y el baile y una comida compartida, por ello el lugar cuenta con infraestructura necesaria.
Los prometeros entregan ofrendas en pago del favor recibido: prendas, bienes, placas, y banderas rojas, Todo está expuesto en el predio destinado al Gauchito.
Tal es la fe que despierta este mito, que los creyentes del gaucho ya superaron los límites de la provincia, son muchos los que llegan de Brasil o Paraguay el 8 de enero, y en la Argentina, los viajeros saben que es común ver altares destinado a él en cualquier ruta del país. La historia de este Gaucho, desde su vida, su muerte y el lugar de su entierro, está plagada de misterios. Algunos suponen que era un gaucho alzado, como se llamaba en aquellas épocas a los que no respetaban la ley, aunque la mayoría sostiene que fue desertor del ejército.
Que se rebeló para no derramar sangre hermana en las batallas políticas entre celestes y colorados que se dieron en Corrientes en el Siglo XIX, en su permanente huída se decía que el Gauchito ayudaba a los pobres robando a los que más tenían, si bien toda su vida permanecerá envuelta en un misterio mítico, sabemos si, que al morir el Gauchito no había cumplidos los 30 años.
Cuenta la leyenda:
Que Antonio Gil Núñez, nació aproximadamente en el año 1847, en la provincia de Corrientes, en la zona de Pay Ubre, lo que hoy se conoce como Mercedes.
Su época se caracterizó, en la Provincia por los enfrentamientos armados entre dos facciones políticas, los celestes y los colorados, se conoce que el Gauchito era de esta ultima, y cuando el Coronel Juan de la Cruz Zalazar, citó a todos los hombres en posibilidad de pelear de la zona para formar un batallón.
Convencido que no había que derramar sangre hermana, Antonio Gil decide desertar del ejército, sabiendo que esta desobediencia lo destinaba la muerte. Zalazar formó entonces una partida policial con la misión de detenerlo y enviarlo a la ciudad de Goya, al sur de la Provincia, para su juzgamiento.
Un Coronel de apellido Velásquez, se presenta ante Zalazar para pedir el perdón por el detenido, éste le dice que si veinte personas notables de la zona firman un pedido de clemencia y él lo liberaría.
Al cumplir Velásquez con lo requerido, Zalazar envía un mensajero a que alcance la comisión que llevaba a Antonio Gil.
Según las costumbres de la época la guardia acostumbraba a matar al detenido, durante el recorrido y de esta manera se evitaban el viaje de ida y vuelta, todo era justificado diciendo que :"el reo había intentado huir".
El 8 de enero, posiblemente del año 1878, mientras era llevado a Goya estando a legua y media de Mercedes.. como reza el Chamamé, los soldados lo ataron de los pies y lo colgaron de un árbol cabeza abajo.
Dirigiéndose al soldado que lo iba a matar, el Gauchito le dijo: "no me mates, la orden de mi perdón está en camino".
El Sargento desconoce el ruego y según la leyenda, Gil vuelve a hablar al soldado y le dice: cuando llegues a Mercedes, junto con la orden de mi perdón te van a informar que tu hijo se está muriendo de mala enfermedad, y como vos vas a derramar sangre inocente, invócame para que interceda ante Dios por la vida de tu hijo; porque suelen decir que la sangre del inocente suele servir para hacer el milagro".
Días después el soldado que lo había matado volvió a su casa, y su esposa, desesperada, le anunció que su único hijo estaba muy enfermo, recordó entonces las palabras de Gil y arrepentido le construyó una cruz en madera de Ñandubay. La llevó a pie desde el pueblo hasta el lugar donde se derramó la sangre, enterró el cuerpo y rogó al Gauchito por la salud de su hijo, al que encontró sano al volver a su casa.
Pasados los años, el dueño de la estancia "La Estrella", que está cerca de ese lugar, solicitó permiso para trasladar los restos al cementerio de Mercedes. La continua peregrinación de los creyentes lo molestaba y lo preocupaban las velas prendidas, que en época de sequía, podían producir incendios. Según cuenta la leyenda, desde el momento en que hizo el pedido, las desgracias empezaron a caer sobre el campo. Así que el estanciero decidió respetar ese lugar para el culto del Gauchito.
Si bien muchos aseguran que en este predio fue ajusticiado Antonio Gil, no se sabe con certeza si allí descansan sus restos.